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Aromaterapia y embarazo.

Las mujeres embarazadas pueden beneficiarse de un modo seguro y efectivo de los aceites esenciales, solo que han de dejar a un lado una serie de aceites durante los primeros meses de embarazoya que son tóxicos, pueden dañar a la madre y al feto o porque implican riesgo de aborto. Los aceites esenciales deben de ser evitados durante los tres o cuatro primeros meses de embarazo, incluyendo los llamados <<emenagogos>>, ya que inducen el flujo menstrual, los que son recomendados para reforzar las contracciones durante el parto, y unos pocos que son tóxicos.

Los aceites que NO deben usarse en ese periodo son: albahaca, anís, árnica, artemisa, ciprés, enebro, hinojo, hisopo, jazmín, mejorana, menta, mirra, orégano, poleo, romero, rosa, salvia, salvia esclarea, tomillo y wintergreen (glauteria).

Manzanilla y lavanda se describen como emenagogos, pero pueden emplearse en pequeñas cantidades siempre y cuando la madre no haya tenido un aborto anteior, no tenga antecedentes familiares, riesgo de aborto, alguna hemorragia o síntomas o que su médico le haya dicho que existe riesgo.

Teniendo en cuenta lo anterior, las técnicas de aromaterapia ayudan a minimizar las molestias del embarazo, como las náuseas, dolores de espalda y la hinchazón de piernas  y tobillos.

Desde el sexto mes tanto la lavanda como el romero, son muy buenos, por ejemplo aplicados a la zona como compresa ( Véase: Cómo preparar y para que sirven las compresas frías y calientes  ), para aliviar los dolores de espalda, y el romero para los edemas aparecen en los últimos meses.

Para las náuseas, que a veces aparecen en los primeros meses, la infusión de hinojo es un remedio seguro y efectivo ( pero recordaros que el aceite de hinojo debe de ser evitardo). La infusión y el aceite de menta, es mejor evitarla.